Utilizamos los brazos y las manos para interactuar con nuestro medio ambiente y para manifestar nuestros sentimientos. Con ellos expresamos las emociones, desde abrazar a la persona amada hasta golpear con rabia. En la lenguaje abundan las expresiones que describen como nos desenvolvemos a través de los brazos y las manos, como estar en buenas manos o ensuciarse las manos.
Nuestros brazos revelan hasta que punto nos expresamos y realizamos en la vida. Las personas poco expresivas con sus manos, y que las mantienen siempre cerca del cuerpo, ya estén de pie o tumbadas, no se sentirán cómodas ocupado mucho espacio o afirmándose. Sus brazos parecerán débiles y sin vida y se percibirán a sí mismas como impotentes y como víctimas. Los sentimientos y anhelos se enterraran en el vientre y en los hombros, incapaces de encontrar expresión a través de los brazos y las manos.
Del mismo modo, las manos revelan sobre nosotros muchas cosas que no expresamos abiertamente. Así lo entienden los documentalistas modernos. Observe al sujeto hablar serenamente mientras la cámara le enfoca las manos, que se retuercen, exponiendo así su agitación interior. Es saludable usar las manos para expresarnos. La investigación ha demostrado que los ancianos que arrullan y acarician a un animal domestico disfrutan de mejor moral y tienen la presión más baja que otros.
El propósito y potencial de un buen tratamiento de brazos y manos consiste en permitir al individuo reprimido que se expansione y ocupe más espacio. Además, todos nos beneficiamos de ser más expresivos con nuestros brazos y manos para expresar nuestros sentimientos más ocultos o que no podemos expresar con palabras.
El masaje ayuda a liberar tensión y emociones bloqueadas en los hombros, el pecho la región de la garganta, y vigoriza unos brazos cansados y sin vida.
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